Por Carmen Prada / 2 mayo, 2023
No sé cuál puede ser en tu caso el medidor o más bien sí en tu vida ha pasado algo en tu interior, en tu ser más profundo que te hiciese pensar que algo en tu interior ha sentido una parálisis como si de un cortocircuito se tratase.
En mi caso, el catalizador que mide mi estado ánimo junto con las propias emociones, es la escritura.
Llevo más de un año en el que he hecho el intento en varias ocasiones de ponerme ante un folio en blanco y tomar un bolígrafo entre mis dedos y llegado ese preciso momento, mi mente se dispersaba, se fundía y la frescura de la reflexión y el discernimiento se camuflaban en oscuridad e incapacidad.
Me he sentido en medio de un film de fantasmas y terror que me han acompañado a lo largo de todo un año y lo sigue haciendo de muchos modos. Éstos siguen aferrados a mí, dando fruto a emociones y sentimientos tales como:
- La desolación, de la mano de una soledad interior indescriptible.
- La falta de confianza en mi misma. Siempre me he considerado una mujer fuerte, tenaz, inquieta y con una auténtica y continua ambición de superación. Y ahora siento que me he convertido en «un ser disolvente».
- Tristeza. Una sensación de agonía, de desesperación y desconsuelo. Una desolación con la que llegas a convivir como si de una hermana/o se tratase y que nunca te abandona.
- Un insomnio que provoca que las noches se hagan infinitas. Que la sudoración, la presión y los miedos, se identifiquen por su gigantez en auténticos animales prehistóricos por su tamaño.
- La falta de fuerza, ánimo y desgana, hace que lo que antes te apasionaba, de pronto deja de hacerlo y tu cuerpo y mente se quedan sin fuerzas y solo me permiten vivir en un estado de abatimiento y dejadez. ¡Y es que realmente te sientes agotada! ¿Por qué? ¡No has hecho nada!
- El miedo, se convierte en un volcán en continua ebullición. El más mínimo acontecimiento se convierte en una gran apocalipsis. Nada pasa indiferente. De ahí que llegues a pensar que el único modo para no recibir ningún tipo de «alarma» ya sea buena o no tanto, es el aislamiento más profundo. Entonces comienza el ritual de apagar el móvil o en el mejor de los casos, conectar el modo silencio del mismo. Aislarte de las personas, los lugares que no sean tu propio hogar y no tener ningún contacto con la realidad. Aferrándote con los dientes a ese macro universo que uno mismo crea, en el que solo tienes cabida tú.
- Un fuerte aplastamiento en el pecho, una sensación con la que convives las 24 horas del día, intentando negociar con su intensidad y en muchas ocasiones sin ningún éxito, ya que te falta el aire y entonces llegar las retorcidas taquicardias. Pierdes el control de tu cuerpo, de tu mente y piensas que después de ese momento que has vivido, nada peor puede pasar. Aunque de pronto recuerdas la última ocasión en la que padeciste un ataque de pánico y entonces ya no sabes que es peor…
- La falta de confianza en ti misma y de decisión, ¡quién te lo iba a decir a ti! Pues sí, en ocasiones decidir que gel de baño comprar o no, se puede convertir en un arduo reto. Dejas de confiar en ti misma ya que te sientes una auténtica inútil. Te culpabilizas por todo lo que sucede a tu alrededor y de tu propia existencia.
A estas alturas de la lectura o quizá ya antes, alguno de vosotros puede haber pensando que lo más sencillo habría sido poner el «nombre o etiquetas» a este problema de salud mental, y hubiese acabado antes.
¡Pues siento decirte que ese no era el objetivo de mi escrito! Mi objetivo es nada más y nada menos complejo que llegar a ti. Sí, a tus emociones más profundas, a tu perdida, a tu dolor y desolación, al ¿por qué me está pasando esto a mí…?
Ahora te puedo decir que no estás solo/a, qué en en algún momento de nuestra vida todos pasamos de un modo más liviano o no por este proceso y también sé que este último párrafo no alivia para nada tu experiencia. Pero si puedo decirte que llegará la luz, que volverás a conectar con el mundo, y que la ilusión por la vida se convertirá en tu nuevo reto.
Por todo lo anterior me gustaría que no te perdieses el siguiente artículo para transmitirte desde mi humilde experiencia y mi realidad que entre otros, la ansiedad mayor, junto con el trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) y el estado de pánico, son una gran piedra en nuestra vida pero que nos va a ayudar a ser distinto/os sí, pero además más fuertes.
Carmen Prada- Las Estrellas brillan por Ti. Si te gustan mis textos y de algún modo te llevan a la reflexión, no dudes en seguirme para que de este modo puedas tener en tu bandeja de entrada el próximo. ¡GRACIAS!