Práctico entre tú y yo, arriesgado si somos muchos

group-1825503_960_720

 

Artículo publicado por Carmen Prada

“La naturaleza nos dio dos ojos, dos orejas y una boca para que pudiéramos observar y escuchar el doble de lo que hablamos”. Epícteto.

 

Reconozco ser poco usuaria de los grupos de WhatsApp, salvo aquellos en los que es indispensable tener presencia, especialmente por motivos profesionales.  Se habla mucho últimamente de ser partidario o no de que las empresas los utilicen como un instrumento más de comunicación.

Mi humilde experiencia al respecto, y me atrevo a decir que seguramente muchos de vosotros ya habréis pasado por lo mismo, es que en dichos grupos están a la orden del día los malentendidos, las interpretaciones erróneas, las frases desconcertantes o ambiguas… Y todo ello, porque no nos esforzamos lo suficiente en empatizar con la persona que tenemos al otro lado del teléfono, y que incluso en algunas ocasiones ni conocemos personalmente. Y es que para llegar a entender realmente a alguien, hay que practicar y bastante la empatía.

Si ya en la mayoría de los casos nos cuesta comunicarnos con claridad en persona, cuando tenemos la posibilidad de observar gestos, movimientos, de poder mirar a los ojos, expresiones, énfasis en ciertos puntos de la conversación… ¡Imagínate en una conversación por WhatsApp!

¿Y cuál puede ser el motivo por el que en varias ocasiones no nos entendemos ni en persona? Sencillamente porque no sabemos escuchar, ¡así de claro! Es más, habréis escuchado muchas veces como respuesta la famosa frase “sí, ya te he oído…” ¡Pues no, no tenemos que oír, sino escuchar!

Esto lo que habitualmente denominamos escucha activa. Para que se me entienda, saber escuchar es tanto o más importante que saber hablar. La escucha activa es un elemento indispensable en la comunicación eficaz, y se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando palabra por palabra, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.

Es tan importante, que volviendo al tema del WhatsApp, tenemos que tener la capacidad suficiente como para saber, en este caso, leer con atención y ponernos en el lugar del que está al otro lado. ¿Difícil? No te voy engañar, no siempre es fácil.

Después de todo lo que acabo de decir, ¿de verdad piensas que es un medio de comunicación altamente eficaz? Sin ningún tipo de duda, no es el más propicio, aunque no niego que sí es muy cómodo. La comodidad, algo que ha arraigado en nuestras vidas y de qué manera…No siempre para bien.

Piensa un poco.

¿Cuántas explicaciones te han pedido por una frase que no han sabido interpretar o tú no has expresado correctamente?

¿En cuántas ocasiones has tenido que aclarar que “eso” no era lo que querías decir?

¿Cuántos conocidos o amigos has perdido o te has alejado de ellos por el mal uso de este medio?

¿Tenemos la oportunidad de revertir la situación en todos los casos de las meteduras de pata?

Y en el trabajo, ¿cómo te tomas las órdenes de tu superior por esta red?

¿En cuántas ocasiones la has utilizado para escribir tú la última palabra con el enemigo número 1 que tienes de compañero?

group-912843_960_720

Y claro, cuando hablamos de grupos en los que son muchas las personas que intervienen, tenemos que tener en cuenta además el carácter de cada uno, sentido o no del humor, conocerlos en profundidad para saber con qué y con qué no se les puedes hacer daño, respetar los turnos de respuesta para no caer en la falta de respeto, no utilizar la ironía o el sarcasmo a través de esta red, acompañar a alguna de las frases con emoticonos que puedan aclarar en mayor medida el sentido que le queremos dar, aprender a escuchar entre líneas, dedicar más tiempo a aquel que tenga mayor problema para comunicarse…

Detrás de cualquier red social, y cómo no de ésta que es el WhatsApp, también se esconde gente tóxica y además con claras intenciones de maldad. Sí, tal cual, ¡maldad! Para muchas de éstas, son medios de comunicación en los cuales enmascaran sus carencias, necesidades y pobrezas, tomando uno de estos dos roles:

  • el que manipula, capaz de tergiversar frases para su bien personal, apropiarse de ideas, insiste empecinadamente en tener siempre la última palabra, no sabe hacer otra cosa que poner a todo trabas en vez de dar soluciones, aparenta ser esa persona que jamás ha sido, tira la piedra y esconde la mano e incluso llega a herir y mucho a personas altamente sensibles.

  • O ese otro que va dando lástima y continuamente utiliza el victimismo para llamar la atención.

Nunca olvidemos que usemos el medio que usemos para comunicarnos, del otro lado siempre hay una PERSONA.

Una PERSONA con diferentes estados emocionales, con días más sensibles que otros, personas que para abrirse necesitan estos medios y así poder expresarse, personas que están pasando por momentos en su vida complicados, personas con momentos de tristeza y añoranza, personas con altibajos… En definitiva, no es un número de teléfono que tienes agendado con un nombre, quizá puede ser esa persona que por falta de comunicación o un malentendido, pase de ser una gran amistad a algo irrecuperable.

 

 

¿Grupo de WhatsApp como medio de comunicación en el trabajo? ¡Sin duda, yo lo evitaría! Este punto da para mucho.

 Una última cosa, evita un burofax en tu buzón por una conversación por este medio…

 

 

Carmen Prada | Consultora de Desarrollo Personal y Profesional

Imagen de Pixabay

SI TE GUSTAN MIS ESCRITOS NO DEJES DE COMPARTIRLOS, TODOS PONEMOS NUESTRO GRANITO DE ARENA.

 

 

4 comentarios en “Práctico entre tú y yo, arriesgado si somos muchos

  1. Hola Carmen, interesante entrada, afortundamente no estoy en los mundos de redes y wsp, uno valora en demasía la libertad….y de estar preso en algo nada mejor que estar preso de tí…( palabras muy próximas a un verso de L.Cernuda).
    Gracias, buen día, besos de colores..

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario