¿Te consideras aprendiz o empresario?

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Artículo publicado por Carmen Prada

 

Peter Drucker, reconocido investigador, autor de diversos libros sobre administración, indica que el empresario no posee características especiales, y, en sí, estas no son necesarias; dice que él personalmente ha sido testigo de cientos de casos en los cuales personas comunes se han desenvuelto de muy buena forma como empresarios.

Según se encuentra el mercado laboral, la precariedad del mismo y las pocas alternativas que se presentan, los emprendedores salen hasta de debajo de las piedras.

También es cierto que hay un dato significativo, son más el número de empresas y negocios que cierran, que los que comienzan su andadura. ¿Alguna vez os habéis preguntado el porqué? ¿Cuál puede ser el motivo? ¡Yo sí lo he hecho!

Es cierta y acertada en mi humilde opinión la cita de Peter Ducker, “empresario puede ser cualquiera”, no se necesitan unas capacidades extraordinarias para ello, pero lo que sí me cuestiono es, ¿el poseer ciertas capacidades puede condicionar el camino al éxito o al fracaso de la empresa? ¡Sin duda creo que sí!

En muchas ocasiones, conversando con personas con las que quizá no tenga un contacto tan directo o recién acabo de conocer, surge la siguiente pregunta: “¿y tú a qué te dedicas?” La respuesta es instantánea, “empresario”.

¿Realmente existe esa vocación empresarial?

Creo humildemente que sí, y además es algo que se huele, se siente, se palpa, es como una vena que no le sale a todas las personas. He conocido a muchos de los que se denominan “empresarios”, pero con esa vena pocos.

Hace escasos días encontré por casualidad un post que muestro a continuación y que para mí tiene mucho significado.

El ser empresario no lo otorga un título, ni es algo que compres. Es una arriesgada y apasionante decisión, pero a la hora de la verdad no todos valen para esta faena. Tengo muy claro que esta figura debe tener unos rasgos que no muchos poseen.

Puede ser que muchos de vosotros os hayáis encontrado con esta respuesta, “de profesión, empresario”, o incluso os estéis planteando emprender. Si os encontráis en cualquiera de los dos casos anteriores, os invito a que planteéis u os planteéis las siguientes cuestiones:

  • ¿Posees una gran capacidad para dirigir?

La mayor parte de la responsabilidad de alcanzar los objetivos marcados sin duda es tuya como empresario. Eres la persona que tiene la última palabra en las decisiones, y para ello tienes que saber marcar el camino a seguir. Debes tener el potencial necesario para sacar a flote las habilidades del personal que tú mismo has elegido para que te acompañe en tu andadura.

Nada puedes dejar al azar, debes tener un plan, no ir a salto de mata.

  • Este es tu objetivo, ¿pero sabes cuál es tu meta?

¡La pregunta del millón! Dejemos a un lado los objetivos mensuales, trimestrales, por empleado… No, estamos hablando del camino a seguir para alcanzar tu meta. No te puedes permitir dar palos de ciego. Tan claro la tienes que tener que debes hacérsela llegar con la mayor transparencia posible a las personas que están a tu alrededor. Debes llegar a seducirlas con tu idea, ya que si tú no lo tienes claro, los objetivos estarán difusos, y será complicado que los balances sean satisfactorios, y el riesgo será mayor de que el proyecto no tenga éxito ni continuidad en el tiempo. Y no solo tú pagarás las consecuencias. ¡No hagas víctima a los demás de tus errores!

  • ¿Estás dispuesto a asumir riesgos?

Debes saber asumir riesgos para crecer, pero antes de ello debes ser consciente de los pros y contras de cada disyuntiva, y mantener los pies en el suelo y la cabeza sobre los hombros… Esto último es muy importante, no te busques problemas, no se los busques a otros.

  • ¿Posees capacidad de decisión?

Eres la persona que más decisiones vas a tomar en tu organización. Como cualquier otra persona, unas veces acertarás y otras errarás. No caigas en el error de “echar balones fuera” cuando cometas un error. Es lo más recurrente y lo más sencillo a corto plazo, pero a medio o largo, estarás a la deriva y solo.

  • ¿Tienes esa vena y carisma entonces?

Solo ese empresario del que hablo, sí, ese que tiene vena y carisma es capaz de sacar de los que tiene alrededor lo mejor de cada uno.

Potencia a los subordinados, dedica el conveniente tiempo y dinero a su continua formación y a la tuya propia, debes saber delegar en ellos, haciendo que se sientan importantes y respetados como personas, ayuda a obtener la mejor implicación del conjunto de la plantilla. Se echa en falta dentro de las empresas ciertas palabras como “gracias”, “disculpa”, “de nada”, “buenos días”, “enhorabuena”, “gran esfuerzo”, “magnífico”, “te lo agradezco”… ¡Empieza tú a marcar la diferencia!

Eso sí, se escuchan más a menudo “que no vuelva a suceder”, “un grave error”, “que sea la última vez”, “esto es un ultimátum”… No llegues a utilizar el autoritarismo, si no piensa que en algo estás fallando.

Una cosa importante, ¡los errores y fallos, se corrigen en privado!

Nunca olvidemos que trabajamos con PERSONAS, personas con vidas, con necesidades, inquietudes, historias… No eres nada sin ellas. Tu organización la compone un grupo humano, del cual te guste o no dependes. No arrastres, no humilles, no arañes, no dañes, no prives de libertad y mucho menos juegues con el pan de nadie.

También quiero recordar que abusar de la necesidad de otros, empequeñece… Tú como empresario no serías nada sin los trabajadores, solo tendrías una idea. Para alcanzar esa meta necesitas de los demás. Los trabajadores deben tener claro su papel, pero no caigas en la tentación de la vanidad, llegando a pronunciar “sin mí, no serías nada…”

 

Fomentemos los valores humanos, las sanas relaciones entre
personas dentro de las empresas, para que todos se sientan
implicados en un proyecto común y orgullosos del mismo. En
un equipo es importante que haya un buen capitán y líder, pero
todos han de sentirse útiles, respetados y reconocidos, pues los
éxitos dependen de la suma eficiente de todos. Quien está a la
cabeza, ha de mantener siempre la humildad, y servir a los
demás como ejemplo profesional y personal.

Carmen Prada | Consultora de Desarrollo Personal y Profesional

*Fuente de la fotografía, Pixabay.com y Google

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¿Te has preguntado si vales para ser Asesor Comercial?

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Artículo publicado por Carmen Prada

 

Es una pregunta que cualquiera que se dedique o lo vaya a hacer a este apasionante mundo se debería cuestionar, pero sinceramente, ¿crees que son muchas las personas que lo hacen?

Hace unos meses plasmé en uno de los artículos otra pregunta parecida, pero en este caso, ¿Vales para ser empresario? Un tema que también da para mucho…

Pero hoy me quiero centrar en si te has preguntado si vales para ser Asesor comercial.

La situación actual en el terreno laboral esta complicada. En algunos casos hay personas que se han dedicado media vida a lo mismo y reconocen sentirse perdidos, porque no saben qué camino tomar ante tantas negativas. Otras buscan alternativas, ya que la situación en casa lo requiere, y es que ¡realmente solo quieren trabajar y les da igual en qué, porque lo necesitan! Existen esas otras personas que son como pajarillos, nunca están contentos en ningún lugar, y van picoteando de un lado para otro…

Todas estas circunstancias y más, son las causas para que se recurra al mundo comercial, es una de las profesiones punteras en oferta laboral, y por otro lado en muchos de los casos no se pide experiencia. No sé si alguno de vosotros en alguna ocasión habéis tenido la oportunidad de hacer las preguntas que a continuación detallo, yo sí las he llevado a cabo y en entrevistas de trabajo, te dicen mucho de la persona que tienes ante ti.

P.-  ¿Sabes algo del mundo comercial?

R.- No, pero para vender no hace falta saber mucho.

 

P.- ¿Pero te gusta?

R.- Ni lo sé, pero mientras no salga otra cosa…

 

P.- ¿Te han dicho que algún mes puede que no cobres aunque trabajes?

R.- No lo creo, yo he escuchado que en esto se gana dinero.

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P.- ¿Y a qué aspiras?

R.- A pasar esta mala racha y después ya veremos…

 

Os aseguro que he hecho éstas y más, y las respuestas obtenidas en bastantes de los casos son las que menciono o muy similares.

Una vez obtenido este resultado, mi pregunta final es, “¿alguien te ha dicho lo duro y difícil que es este mundo aún para aquellos que lo amamos, te puedes imaginar para alguien que no sabe nada de él?” Y la respuesta más habitual, “no es algo que me apasione, pero quién sabe, también me han dicho que se gana mucho dinero”.

Llegados a este punto, solo me queda puntualizar humildemente que:

  • para empezar a trabajar en este mundillo, debes conocer muy mucho sus pros y contras. No es una profesión cualquiera. Y si estás dispuesto a asumirlos, ¡adelante!

  • No te dediques a esto sin saber si te gusta o no, porque serás un amargado y vivirás tu escaso paso por este mundo con una carga extra de frustración. Existe ya una cola demasiado larga de personas que no quieren ni oír hablar de este mundillo, porque un día se les ocurrió probar…

  • Si has escuchado que no es necesario tener experiencia y que para esto vale “cualquiera”, te sugiero que le des importancia a la fuente que te lo ha transmitido. ¡No vale cualquiera!, solo los profesionales. No menospreciemos está profesión, por favor.

  • ¿Que se gana mucho dinero? ¡Claro que sí! Pero eso depende de muchas de las cosas que he mencionado anteriormente. Piensa que en ningún trabajo el dinero lo regalan, y mucho menos en éste. Supone mucho esfuerzo y sacrificio, además de momentos amargos.

  • Quizá necesites conocer otro dato, y es que trabajas prácticamente 12 horas al día y de lunes a domingo. ¿Tampoco te lo habían comentado? Toda recompensa merece su parte de esfuerzo.

  • ¿Y que te vas a encontrar con malas caras, desplantes, “no porque no”, “sois unos pesados”, “otro que solo me quiere engañar”…? Debes saber gestionar tus emociones, vas a depender mucho de ellas y de tu personalidad.

  • También decirte que la silla la vas a tener que utilizar poco, o así debería ser, ¡el trabajo está en la calle, donde pasarás frío y calor! Debes sembrar mucho para poder recoger algo.

  • Puede ser que haya momentos en los que pienses que no merece la pena, porque no haces otra cosa que vivir en una tensión permanente. Vas a trabajar con una presión externa contínua, pero además tú mismo te acabarás generando la tuya.

Puede resultar bastante duro e incluso desmotivador, pero hay que recordarlo de vez en cuando.

Nos dedicamos a hablar de “técnicas de venta”, “trabajo en equipo”, “gestión emocional para comerciales”, “cómo afrontar las frustraciones”… ¿No estaría bien empezar la casa por los cimientos? Después de todo lo dicho, ¿te atreves?

Pros, ¡muchísimos!

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Si te digo todo esto es porque he trabajado y con pasión en este mundillo. Un mundo al que le debo mucho y bueno. Es cierto que el camino no es fácil. También tengo que confesarte que cuando comencé lo hice por decisión propia y sin presión, ya que yo en ese momento tenía un puesto de trabajo y bastante acomodado, pero mi cuerpo y mente me pedían ¡movimiento! El trato con los proveedores en mi anterior trabajo lo llevaba yo, y me picaba el gusanillo, quería tener la sensación de sentirme orgullosa de cada uno de los euros que ganase. Esa presión me motivaba, se acabó transformando en auto-motivación. El saber que el trabajo, el sacrificio y el tesón te llevan en esta profesión a disfrutar de una motivación extra que no tienen otras.

Según el último Estudio ManpowerGroup sobre Escasez de Talento 2016/2017, entre los 10 perfiles más difíciles de encontrar en España se encuentra el de «Comercial», (ejecutivos comerciales, asesores comerciales y personal de venta al por menor). La escasez proviene de los “Comerciales Profesionales”.

¿Y por qué Profesionales? ¡Porque cualquier persona no vale para ello!

Por este motivo te pregunto, ¿gozas de las siguientes capacidades?

-Puntualidad

-Educación

-Empatía

-Seguridad

-Conocimientos del producto o servicio

-Constancia

-De reacción y adaptación

-De negociación

-De cierre

Si te fijas, P-R-O-F-E-S-I-O-N-A-L-I-D-A-D.

 

Pero a estas capacidades debemos sumar sin duda unos valores, que para mí son vitales.

 

  • Honradez
  • Humildad
  • Sinceridad
  • Generosidad
  • Espíritu de sacrificio

 

 

Si después de todo lo anterior, consideras que sí puedes dedicarte a este apasionante mundo, ¡te doy la bienvenida! La bienvenida al crecimiento personal y profesional, al enriquecimiento de valores que ni tú mismo serás consciente, a gozar de la satisfacción por cada objetivo logrado, a que tu recompensa dependa de tu esfuerzo, del orgullo de tu propio trabajo, de la capacidad que vas a adquirir de automotivación, de un aprendizaje continuado que te llevará a poder alcanzar otros objetivos en un futuro… ¡Este mundillo te devolverá mucho!

 

Un buen día me arriesgué, y hoy por hoy le debo mucho, en lo profesional y también en la esfera más personal. Sin duda, no sería la misma.

¡Gracias por tanto!

 

 

 

 

 

 

 

*Fuente de la fotografía, Pixabay.com

Carmen Prada | Asesora de Desarrollo Personal y Profesional

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¿Dónde está la transparencia en el mundo laboral?

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Artículo publicado por Carmen Prada

Siempre que buscamos o vemos una oferta laboral, los ojos se nos van a los múltiples requisitos que solicitan para optar a ella. No solo hay que ser diplomado o tener un máster, hablar varios idiomas, tener años de experiencia en la profesión para la que te quieres postular, que además piden un largo historial de conocimientos de la actividad sobre la que ésta se basa, y si puedes tener cartera de clientes mejor que mejor. Y no quiero entrar en lo que se refiere al tema de la edad, porque eso daría para otro post exclusivamente.

Después de haber leído el historial de requisitos uno llega a creer, “¿pero cómo he podido hacerlo tan mal a lo largo de mi vida profesional?”, “¡llevo trabajando media vida y me da la sensación que no valgo para nada!” ¡Fuera alarmas, tu experiencia y valía hay que pagarlas!

Después de leer mucho acerca de la situación laboral, de las necesidades de las empresas, de personas que están desesperadas en la búsqueda de una oportunidad laboral, he llegado a la conclusión, y seguro que no soy la única, que existe una regla proporcional en cuanto a que al aumentar el número de personas paradas, ya que las empresas han disminuido o han recortado plantilla afectadas por la crisis, muchas otras empresas han optado por estos filtros que a mí personalmente me dicen poco de un profesional o apenas nada.

En este sentido, los profesionales ante tanta exigencia se siguen formando, porque así creen tener mayores opciones, pero también es cierto que está llegando un punto en el que el aspirante a un cambio profesional o aquel que vuelca todo su esfuerzo en la inserción laboral lo hace en muchas ocasiones dando tumbos y sin un punto de partida ni de llegada claro ante su objetivo, que es conseguir un empleo digno.

Muchas personas en esa búsqueda no se postulan ante multitud de este tipo de ofertas de trabajo, simplemente porque ven imposible alcanzar ni la mitad de lo que se requiere para optar a ellas, y en lo que no están pensado las empresas es que con tantas exigencias están perdiendo personas, no solo profesionales, con:

  • talento sin explotar;
  • liderazgo potencial sin darse a conocer;
  • gran capacidad de trabajo;
  • actitud y proactividad;
  • carisma y personalidad;
  • grandes dotes de creatividad;
  • muchas ganas de trabajar…

Por ese motivo a veces pienso que en los requisitos que se solicitan para un aspirante se podría incluir de igual modo la meta que la empresa quiere alcanzar con el puesto que está ofreciendo,  y a partir de ahí, además de valorar su experiencia y formación – cosa razonable, claro está-, que se llegara a valorar muy mucho su persona y las aportaciones que puede hacer a la empresa para alcanzar los logros. Resumiendo, valores.

Pero metas claras, objetivos concisos por parte de las empresas, y a partir de ahí poder valorar a la persona/profesional (porque debe ir unido) para saber si encaja en el perfil que están buscando.

¿Por qué entonces no incluir en las ofertas de trabajo además de “requisitos” y “se ofrece”, “objetivos de la empresa”?

Las empresas saben lo que quieren de un profesional antes de comunicar “estás dentro del proceso de selección”, tienen claro o deberían tenerlo cuál es el objetivo de esa contratación. Hoy en día toda empresa, a través de las distintas Redes Sociales, tiene a mano nuestros perfiles profesionales, cada uno de nuestros movimientos, postulaciones ante un tema determinado, comportamientos… Me pregunto, ¿por qué no utilizar la transparencia por ambas partes? Creo que sería la mejor opción.

¿Por qué no optar por una buena práctica como puede ser que los gerentes de empresas y responsables de RRHH valoren del empleado su capacidad profesional, pero a la par, valoren considerablemente la honestidad y transparencia de los actos y palabras de sus trabajadores? Y por otro lado, el trabajador ha de ser transparente del mismo modo, pues facilitar información errónea o falsa es la peor estrategia que un profesional puede utilizar, la mentira no se puede mantener indefinidamente, y solo habla mal de quien la practica. Es mucho más sensato, y obviamente más noble, cubrir las posibles “carencias” curriculares haciendo énfasis en aquello que todos hemos de tener si de verdad queremos crecer y triunfar, aun cuando las circunstancias de nuestra vida no nos hayan permitido estudiar todo lo que hubiéramos querido, y me refiero a los valores humanos que, trasladados al ámbito profesional, son sin duda un bagaje que cualquier empresa debería tener en cuenta, pues lo más valioso de una empresa, de una plantilla laboral, son las personas, y éstas, si son buenas, sinceras, honestas, no tienen precio, y serán la mejor carta de presentación de esa empresa. Pero para que esto pueda entenderse y llevarse a cabo, primero hay que considerar el concepto de empresa como un proyecto común, en el que los trabajadores no sean mera “mano de obra” que trabaja para el Sr. Fulanito, sino piedras vivas del edificio, que tienen mucho que decir y aportar para construir y desarrollar ese proyecto común.

Pero esto, mis queridos amigos y lectores, es un tema sin duda apasionante para otro artículo que espero compartir en un futuro cercano.

Ser honesto, como este mundo va, es ser un hombre escogido entre diez mil.

William Shakespeare

Carmen Prada | Asesora de Desarrollo Personal y Profesional

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Networking en estado puro

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Algunos miembros del Grupo Cornatel/HacemosNetworking

Artículo publicado por Carmen Prada

 

El networking es una práctica común en el mundo empresarial y emprendedor. Aunque es una palabra que se viene escuchando de manera más habitual desde hace unos años, el networking es algo que ha existido desde hace milenios, desde que el ser humano comenzó a comerciar, pues no es otra cosa que la creación de una buena red de contactos para generar oportunidades de negocio.

Como digo, con ese nombre se viene realizando desde hace años, y su fin es ampliar nuestro negocio y enriquecernos en muchos sentidos de los contactos que generamos con su práctica. Realmente sin darnos cuenta lo hacemos a diario, en un encuentro con compañeros de profesión, con el propio cliente, tomando un café con los amigos, e incluso hasta en reuniones familiares.

Seguro que algunos ya sabéis que presido un grupo de networking, y hace unas semanas, los miembros del grupo que desarrollamos tareas directivas, comentamos la idea de hacer una jornada de convivencia con todo el grupo. Evidentemente, en este tipo de práctica, cuanto más heterogéneo sea el colectivo, más enriquecedor será para cada uno de los miembros.

Yo quería algo fuera de lo común en este encuentro, no quería simplemente ir a una zona de baño (por la época del año en la que estamos) y posteriormente una comida. ¡No, quería algo diferente!

Sonia, Joaquín, Juanma, José, Javier, que forman parte de la directiva del grupo y son un gran apoyo para mí y a los cuales se lo agradezco públicamente, de inmediato dieron como respuesta que estaría muy bien, y nos pusimos a trabajar en ello.

Quería algo distinto aunque no era sencillo, no quería romper con la filosofía del grupo que es la práctica del networking, pero sí deseaba hacer algo fuera de formalismos y del hábitat natural en el que nos movemos cada vez que nos reunimos. Entonces, ¿por qué no comenzar esta jornada, fijada en un sábado, practicando el paintball? ¡Sin duda fue todo un acierto!

Nos dividimos en dos grupos, algunos compañeros no pudieron acudir por compromisos laborales, pero aun así estuvimos bastantes, y durante media mañana, el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, el liderazgo, la estrategia, la competitividad… se trabajó y bastante, y sin darse cuenta,  y es que sin duda, llevamos a cabo un ejercicio de supervivencia en toda regla, jugando varias partidas y cambiando en cada una la modalidad del juego y las posiciones de los equipos. ¿No es esto la propia vida?  ¿No tiene acaso que ver con el día a día de las empresas y profesionales? ¡Claro que tiene que ver, y mucho!

Así se desarrolló la jornada de “competición”, seguida de una amena y distendida comida, y posteriormente relajante tarde piscinera, el calor la verdad es que era sofocante. De todo ello saqué conclusiones de gran interés.

Se dice que grandes directivos, altos cargos… tienen este tipo de encuentros para cerrar negocios y eliminar la ansiedad, la frustración y el estrés.

Un Grupo, una empresa, un equipo, se hace grande  y hace mejores a los que lo rodean cuando se cree en una idea, se tiene claro un objetivo, se mantiene la motivación y se provoca la automotivación. Cuando un proyecto es ilusionante, cuando se cree en él, en las personas que lo acompañan, todo es más sencillo. Y es cierto que en muchas ocasiones el mostrarte como una persona cercana, dejando a un lado la rutina, los problemas, las inseguridades… ayuda a conseguir que en estos ambientes se llegue a conocer aun más a miembros con los que, por un motivo u otro, no tienes la misma empatía, o quizá una de las dos partes se sienta más insegura en las reuniones formales. ¡Y es que es un modo de acercarnos todos a todos!

La creatividad y la innovación en ámbitos empresariales o profesionales con una capacidad más humilde, son motor de movimiento, la gasolina necesaria, alguna de las soluciones para marcar la diferencia en un mercado, el profesional, en el que cada vez nos encontramos con mayores dificultades para salir adelante.

La experiencia en networking es además una cualidad profesional muy valorada en distintos ámbitos profesionales. Las empresas de consultoría, servicios o venta de productos, valoran más a sus empleados capaces de utilizar sus habilidades de networking orientadas a conseguir nuevos clientes para la empresa, o para reclutar a los mejores candidatos. ¿Por qué se ha llegado a esta conclusión? Porque si aprovechamos esta práctica al máximo, creceremos en muchos aspectos como profesionales, no solo incrementando el volumen de negocio, sino también desarrollando y puliendo habilidades que nos ayudarán a ser mejores profesionales, independientemente del sector al que cada cual se dedique.

Nos lo pasamos en grande, nos conocimos mejor, fortalecimos los lazos humanos, sudamos un cuanto, nos reímos, y renovamos nuestra voluntad de seguir “dando guerra” y alcanzar mayores metas.

P.D.: Un agradecimiento especial al miembro BINATUR, que ejerció de anfitrión y nos ayudó a descubrir los múltiples atractivos de practicar el paintball.

Carmen Prada | Asesora de Desarrollo Personal y Profesional

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Tú que te crees un crack, ni ganar ni perder sabes…

 

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Artículo publicado por Carmen Prada

 

Ha terminado la Liga y llegan las finales de las diversas competiciones futbolísticas, y con ellas los respectivos ganadores y perdedores. Los balances de algunos importantes equipos están aún por determinarse.

Después de ver todo el “espectáculo,” y no precisamente futbolístico que ha recorrido todos los medios de comunicación durante estos días, tengo que decir que las diferentes parodias que se han mostrado me han causado un auténtico y lamentable hastío.

Me dan igual los colores, la localización, el capital social e incluso los fanatismos, sencillamente después de todo esto y una vez más, he llegado a la conclusión de que en esta vida no sabemos perder, es cierto que resulta duro asumirlo, pero parece ser que tampoco sabemos ganar…

Y es un nunca terminar, porque miras a la política y otro tanto de lo mismo…

¿Por qué no somos capaces de disfrutar de nuestros logros y victorias? ¿Por qué nos tenemos que recrear en los derrotados para gozar más? ¿Por qué cuando perdemos, enseguida echamos balones fuera (nunca mejor dicho)? ¿Por qué nos cuesta tanto asumir los errores? ¡En fin, es el cuento de nunca acabar!

Lo que realmente me entristece es que la sociedad haga eco de estas situaciones, porque al final me da la sensación de que en el fondo “todos estamos cortados por el mismo patrón,” y sin necesidad de tener un balón de por medio…En el deporte diríamos que es falta de deportividad, pero en otros órdenes de la vida es falta de elegancia y saber estar.

Si esto lo llevo al mundo empresarial y profesional, sucede algo muy parecido. Quizá estamos pasando por una mala racha que como se suele decir actualmente a menudo, “no sé si de ésta saldremos”, pero parece que si al de la competencia le va aun peor, nuestra crisis milagrosamente ya no lo es tanto. Estamos más pendientes de la bancarrota  de la competencia que de nuestros propios objetivos alcanzados en el último mes, sencillamente porque no sabemos disfrutar de nuestros éxitos, pero eso sí, celebramos con confeti una mala noticia que nos traigan de quien nos merma negocio.

No me sorprende, ¡esto es España! No nos damos cuenta o no lo queremos hacer, que todos necesitamos de todos. Las empresas cierran, los concursos de acreedores destruyen montañas y montañas de empleos, las colaboraciones disminuyen, los trabajadores dejan de profesionalizarse, las situaciones personales cada vez son más precarias, los bancos no dan créditos… ¡pero nosotros no tenemos nada que ver! Y lo arreglamos diciendo que “esto únicamente es cosa del Estado, ellos son los culpables.”

La envidia es muy mala consejera, la deshonestidad no debe ser nuestra carta de presentación, la falta de humildad nos hace mediocres… ¿No te has parado a pensar que quizá en algún momento tengas que llamar a la puerta del que tanto criticabas? Esta vida da demasiadas vueltas, y nosotros no estamos preparados para girar.

Gracias a Dios que hay gente que me corrobora en muchas ocasiones que en esta vida no todo es de un solo color, porque soy de las que creo que ni todo es blanco ni todo es negro, aunque la reiteración de ciertas situaciones ya me haga por minutos hasta dudar.

Hay un lugar especial para mí en Ponferrada, un lugar de encuentro con los amigos, un lugar de reflexión, para disfrutar de grandes productos sobre todo de la comarca y que te aleja de la rutina… Además de un lugar en el que me siento muy bien acogida y rodeada de grandes profesionales. El negocio lo trabajan ellos mismos, los propios dueños, de ahí su empeño y tenacidad en que nada falle ni falte, y que la calidad en general sea su Marca Personal. Se trata de una Vinoteca y Tienda Gourmet. Hace pocos días, a escasos metros de ésta, se abrió un local de similares condiciones, con personal cualificado para la atención al cliente, pero con una calidez diferente, no es lo mismo… Aunque tengo que decir que es un lugar con un encanto especial por el gusto, sobre todo en la decoración y en la calidad de los productos.

Días atrás y con la confianza que tengo con la propietaria del primero, le consulté si la apertura de ese nuevo local le estaba causando algún agravio, ya que es una competencia directa. Su respuesta no me sorprendió, y no me sorprendió porque la conozco, es una profesional y empresaria de los pies a la cabeza, además de una gran persona. Su respuesta fue: “qué va, Carmen, cuantos más negocios haya por la zona más afluencia de personas. Al ser locales similares y con un tipo de clientela específica, las personas que salen del nuestro se van allí, y las que salen de allí vienen al nuestro. ¡Al final todos salimos ganando!”.

Respuesta, ¡chapó! Alguno se hubiera echado las manos a la cabeza, yo pensé, ¡no estoy loca, no soy la única que piensa en el bien recíproco!

No vivas de las falsas apariencias, tampoco que tus mayores alegrías vengan por parte de la competencia, no eches culpas fuera cuando te juegas el todo o nada en el último partido, deja de una vez por todas el juego sucio, no levantes trofeos dedicándolos al que juega en el equipo contrario, y mucho menos tires de hemeroteca porque un día puedes quedar retratado.

Disfruta de tus triunfos, y en la celebración solo recuerda los motivos que te han llevado a ese momento para intentar levantar más copas…

Carmen Prada | Asesora de Desarrollo Personal y Profesional

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